Dos pilares como base total para llegar algún día a considerar la movilidad especialmente en ciudades como, realmente, movilidad sostenible. Por una parte, está convertir en primer lugar las grandes urbes en ciudades inteligentes, o también conocidas por su terminología inglesa, Smart Cities, incluyendo dar prioridad a medios de transporte no motorizados. Ciudades mas humanizadas. En segundo lugar, será básico que se llenen de vehículos sostenibles, más allá de medios sin motor.
Sobre sostenibilidad en la actualidad y en el futuro del sector
La realidad es que los tradicionales motores de combustión y las fuentes de energía no ecológicas, no sostenibles y finitas, deben quedar atrás. Solamente podrían seguir existiendo este tipo de motores si surgiese algún avance muy novedoso y realmente revolucionario, que pudiera propulsar los motores de combustión a partir de fuentes de energía biocombustibles. Algo que, de momento, parece improbable, o casi imposible.
Muchas de esas fuentes de energía tradicionales, como el petróleo, están en fase de agotamiento, salvo que aparezcan reservas de grandes cantidades. Además, es un hecho que los países (la Unión Europea y otros 193 países, de momento) deben llegar a los objetivos marcados en la Agenda 2050, que implica cumplir los límites en las emisiones de carbono.
Actualmente, no se dan las circunstancias necesarias para afrontar un cambio tan importante para el sector del transporte de mercadorías de manera rápida y muy repentina, tanto en el transporte de mercancías por tierra y carretera, como por otros medios de transporte. Así, pues, el cambio debe ser paulatino y en función de las ayudas y subvenciones para la sostenibilidad que se vayan ofreciendo año tras año.
¿Qué tipos de coches y vehículos conformarán las flotas?
Desde las exigencias que marcan los objetivos a cumplir en 2050 (y las etapas marcadas en esa hoja de ruta), pero también desde la propia necesidad y conciencia como ser humanos, para respetar el medio ambiente y cuidar nuestro planeta. Eso es lo que debe movernos a un mundo futuro lleno íntegramente o prácticamente, de dispositivos y vehículos que utilicen energías limpias. Vehículos y coches eléctricos, que ya comienzan a ser una realidad en múltiples empresas de transportes, pero también otras alternativas que todavía están desarrollándose como los coches de hidrógeno y los vehículos GNV (gas natural vehicular, vehículos que funcionan con gas natural).
De momento, la ruta a seguir debe ser la apuesta progresiva por incorporar coches híbridos o coches eléctricos. Y para que las empresas de transporte de mercancías por carretera podamos convertir nuestras flotas de vehículos en sostenibles, deben de adaptarse las ciudades primero, incorporando puntos de recarga en una red similar a la que existe ahora para recargar vehículos a gasolina o diésel.